El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció la reducción de aranceles impuestos a China tras el compromiso del líder chino, Xi Jinping, de tomar medidas para frenar la entrada del fentanilo en el país y pausar la exportación de tierras raras. Esta decisión sigue un patrón de negociación comercial entre Washington y Pekín, donde ambas partes han buscado equilibrar sus intereses en el ámbito económico con el control de crisis como la adicción a opioides y la dependencia de materiales estratégicos como las tierras raras.
Al mismo tiempo, los trabajadores de Estados Unidos expresaron preocupación por la posible suspensión de los beneficios del Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria (SNAP), un plan gubernamental que brinda apoyo financiero a familias en situaciones de vulnerabilidad. El cierre del gobierno ha generado inseguridad sobre la continuidad de este programa, lo que plantea riesgos para miles de estadounidenses que dependen de este apoyo para acceder a alimentos básicos.
La reducción de aranceles a China representa una posible mejora en las relaciones comerciales entre Estados Unidos y China, aunque expertos advierten que las tensiones económicas entre ambas naciones seguirán siendo un tema central en la política exterior de Washington. Por otro lado, la incertidumbre sobre el futuro de SNAP refleja el impacto del cierre gubernamental en la vida de los ciudadanos y la necesidad de una solución política que garantice la continuidad de programas esenciales.